Zacatecas, Zac. – En un emotivo homenaje póstumo al artista plástico Juan Manuel de la Rosa, el Ayuntamiento de Zacatecas, reconoció la vida y la obra de un zacatecano universal quien, en un generoso gesto a su tierra obsequió una placa escultórica, única a nivel de piso en el Estado y que conmemora el 475 aniversario de la fundación de la Muy Noble y Leal Ciudad de Zacatecas, “Patrimonio Mundial” y Capital Americana de la Cultura 2021.
Con la presencia de sus hijos Valentina, Natalia y Pablo Emiliano, así como de su compañera de vida, la actriz Diana Bracho, el alcalde Salvador Estrada González recordó a través del poema de Ítaca del poeta Konstantino Kavafis, que el maestro Juan Manuel de la Rosa, artista universal, surgido de las entrañas del semidesierto zacatecano siempre regresó a sus orígenes, “a esa finca en Sierra Hermosa, en el municipio de Villa de Cos, donde erigió un faro de sabiduría en medio del semidesierto”.
EL primer edil abundó al señalar que el maestro Juan Manuel, convirtió la enseñanza de las artes en una lucha personal y la asumió como una causa, “eso le llevó por toda Latinoamérica para compartir sus técnicas con diferentes grupos, en esta experiencia, también aprendió, comprendió y se comprometió con grupos marginados para hablar en su obra de la desigualdad, de la marginación, de los desplazamientos forzados por la violencia y de la migración”.
Enfatizó que Juan Manuel de la Rosa era un convencido de que, a través del arte y la creatividad, las personas pueden utilizar un lenguaje propio para expresar su visión de mundo y cambiar su entorno, al tiempo que llamó a honrar su memoria, su legado y su riqueza de espíritu. «Sigamos su ejemplo de preservar esta Ítaca llamada Zacatecas, un oasis de cultura, arte y tradición enclavado en el semidesierto, ese paisaje interior que hoy pervive a través de la obra del Mtro. Juan Manuel de la Rosa”.
Pablo Emiliano, hijo del artista agradeció el homenaje que dijo, “es muy congruente con lo que mi padre hubiera querido, un homenaje a través de su obra, tan palpable como una placa de bronce, mi padre vive en las historias que aquí nos cuentan, y como un