Zacatecas, Zac.- En el marco de la VII Sesión del Seminario de Pensamiento Crítico “La desaparición forzada en México y Zacatecas. Conversatorio sobre los movimientos de búsqueda de personas desaparecidas”, la investigadora Claire Moon, The London School of Economics and Political Science, ofreció la conferencia “Los derechos humanos de los muertos”, en la que detalló que como activista se ha preocupado que los muertos tengan lo que ella llamó la última etapa de los Derechos Humanos.
Se refirió a esto como el derecho a la identidad, lo que deriva en devolver a la familia una paz que se transmite a la sociedad que los visibiliza y finalmente tener un entierro digno, “transformándose en derechos humanos del fallecido, que se ejercen de manera póstuma”.
Claire Moon afirmó que al inició de esa investigación consultó a numerosos abogados y peritos forenses para saber si los muertos podían tener derechos humanos, quienes en su mayoría le respondieron que esos derechos se terminaban con la muerte del individuo.
Sin embargo la activista que ha hecho durante al menos veinte años trabajos sobre la obtención de justicia para las víctimas en países como África del Sur, Argentina y Chile, donde ha concentrado los conceptos y prácticas de verdad y justicia, reconciliación y la reparación de las víctimas mediante amnistías, todo con en el ánimo de obtener respuestas, manifestó su preocupación por que los muertos sean visibilizados por la sociedad y la justicia.
Con esa experiencia y al ver de cerca el caso de México, la activista desde el año 2015 se ha enfocado en el estudio de las técnicas forenses utilizadas por los familiares de los desaparecidos para tratar de ubicar los restos humanos de sus familiares desaparecidos.
En ese sentido reconoció la tragedia humanitaria que vive el país declarando que el estado no ha sido suficiente, ha fallado a los ciudadanos y el problema sigue creciendo sobre todo por que el tema es la negación social de las víctimas. Muchas personas creen que las víctimas estaban involucrados en algo, estigmatizandolas de esa manera y socavando los esfuerzos de las familias para encontrarlos, lo que también trae desprestigio a los familiares.
En su experiencia el problema de las víctimas no identificadas producto de crímenes de Estado o de guerra de países como argentina, chile, México, la República Democrática del Congo, Ruanda, Sierra Leona, Filipinas Bosnia y Herzegovina, pero también a los relacionados con las muertes de los migrantes de las fronteras de Europa, México, Estados Unidos de América del Norte, por lo que se propuso encontrar en la legislación internacional, algún derecho que visibilice a los muertos, otorgándoles Derechos Humanos que hasta ahora no han sido establecidos.
Al respecto Claire Moon dijo proponer tres aspectos que le parecen fundamentales para dar este paso, con recursos históricos, el legales y forenses, el primero para dar un contexto de análisis sobre cómo se ha estudiado el humanitarismo moderno, que nace a partir de la creación de la Cruz Roja y de la Convención de Ginebra en donde ya se habla de manera directa sobre el tratamiento de los muertos y de la tragedia que fue el Holocausto donde murieron seis millones de personas.
En cuanto a los recursos legales comentó que si bien existen muchos principios legales que se relacionan con el tratamiento de los muertos, la ley humanitaria sobre el tratamiento de los muertos es totalmente central a los derechos humanitarios; en el cuerpo megal es el documento más importante que proporciona reglas sobre el tratamiento de los muertos regulando la búsqueda, recolección, tratamiento, retorno, disposición e identificación de los muertos.
Enfatizo que el derecho de regresar las pertenencias de los muertos se relaciona con el derecho de familia la no mutilación de los cadáveres, tratamiento digno de los muertos.
Agregó que la ley estipula que los muertos deben ser dispuestos en una forma respetuosa y sus tumbas deben ser respetadas y mantenidas de manera adecuada, que deben ser sepultados de acuerdo con los ritos de su religión, no ser incinerados, salvo en circunstancias excepcionales y ser enterrados de manera individual y no de manera colectiva.
Los Muertos deben ser identificados antes de que se deshagan de ellos, la identificación es central por ello la INTERPOL -la red global de agencias policiales-, sobre este tema de la identificación de víctimas, ha expresado como un derecho que los seres humanos tienen el de no perder sus identidades después de la muerte.
Al referirse al último recurso de las ciencias forenses como medio de identificación y para el esclarecimiento científico de la muerte, inició diciendo que hay evidencias empíricas en los derechos de los muertos en la disciplina Forense en la última parte del siglo XX. Apuntó sobre el hecho de que Tomás Leclerc mostro al muerto como muerto “como testigo articulado de las atrocidades esta práctica”.
A mediados de los años ochenta, los antropólogos forenses hicieron que los muertos fueran testigos de las atrocidades cometidas por la junta militar argentina, y ue desde ese momento la ciencia forense fue utilizada en el servicio de investigaciones de derechos humanos, “haciendo que los cuerpos humanos dijeran la verdad sobre las atrocidades”.
Al abunar sobre lo anterior señaló que también vino a perseguir objetivos humanitarios al devolver sus muertos a sus familiares, ayudándoles a lidiar con el drama familiar y el sufrimiento.
La ética del humanitarismo forense se ha extendido alrededor del mundo y las técnicas forenses pusieron a los muertos en el centro de la investigación de las atrocidades y son ahora una constante en las prácticas humanitarias, mencionó.
Al referirse a las instituciones internacionales destacó a La Cruz Roja internacional, que tiene un número de protocolos para recuperación e identificación forense de los muertos, que incluyen recopilación de datos antemortem; protocolos de exhumación y necropsia así como la forma de guardar datos posmortem y la identificación de los restos humanos.
Añadió que los lineamientos enfatizan la necesidad de tratar a los muertos siempre con dignidad, establecen que la práctica forense debe siempre respetar la dignidad, el honor y la privacidad de los fallecidos.
Respecto a la identificación de un cuerpo dijo que reúne al muerto con la personalidad de la persona que fue en vida, devolviéndoles la humanidad después de la muerte “y más cuando la persona fue violentada y deshumanizada antes de la muerte o después como es frecuente en México”.
Hacer esto reúne el cuerpo con su identidad a la víctima y como consecuencia sus lazos familiares, garantizado un tratamiento correcto, provocando un proceso de duelo individual y familiar, la identificación forense revive lazos familiares del fallecido y lo devuelven al orden social
Finalmente cerró su alocución señalando que los principios de dignidad y el respecto, son la constante en los protocolos que dominan las prácticas sobre el tratamiento de los muertos. Estos principios nos dicen algo sobre la importancia social de los muertos y son reflexiones de normas sociales generalizadas que son más viejas y dominantes que la ley y las disciplinas forenses han establecido.
El principio de dignidad es particularmente interesante porque es central para la idea de lo humano que es están contenidas en la declaración universal de los derechos humanos, reconociendo la dignidad inherente de toda la familia humana y la dignidad de los derechos humanos, subrayó.
La conferencia que se realizó en el patio central del edificio de rectoría, en la que estuvieron prsentes los organizadores, Ricardo Bermeo Padilla, Activista Social “Movimientos de familiares de personas desaparecidas y comisiones locales de búsqueda”, Humberto Márquez Covarrubias y Sigifredo Esquivel Marín, docente universitario.