Zacatecas, Zac.- Ante las obras proyectadas para las avenidas Hidalgo y Tacuba de la capital del estado, referentes a la reparación de fugas en la red de agua potable, comerciantes y habitantes del Centro Histórico señalaron, en conferencia de prensa, que “jamás nos opondremos a una obra verdaderamente necesaria en beneficio de la ciudad y de nosotros; lo que realmente nos tiene aterrorizados son los tiempos y formas en que esta obra pudiera llevarse a cabo”.
En la zona a intervenir se encuentran 12 hoteles, 26 restaurantes, cuatro grandes tiendas departamentales, siete instituciones bancarias, seis estacionamientos, seis farmacias, 198 tiendas, zapaterías, dulcerías, heladerías, de suvenires, de regalos, agencias de viajes, mezcalerías, de deportes, edificios turísticos, sitios de taxis y algunas otras, agregaron.
“En su conjunto, estos establecimientos son la forma de vida de 2 mil 800 familias zacatecanas, pero que se forma indirecta afectarían los 18 mil empleos que genera el Centro Histórico”, dijeron.
La preocupación es legítima, pues en cada ocasión que el gobierno ha intervenido en obras de esta naturaleza, no ha podido o no ha tenido la capacidad de cumplir en tiempo y forma. “La única diferencia es que en esta ocasión hay mucho en juego, demasiado en juego, pues en un año electoral y por parte de un gobierno que está por irse, se quiere intervenir las calles más representativas del estado, donde todos estaremos con lupa y reflectores, y donde cualquier demora implicaría la pérdida del sustento para miles de familias”.
Por otra parte, reconocieron la buena voluntad de la presidente municipal, Judit Guerrero López, así como su disponibilidad para escuchar sus inquietudes y preocupaciones, “pero también sabemos, y ella debería saber, que hay circunstancias que no dependen de su buena voluntad, como la falta de presupuesto, una empresa constructora irresponsable o alguna ocurrencia del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) o de la Junta de Monumentos, como ya ha sucedido, lo que podría retrasar o paralizar la obra con las señaladas consecuencias”.
Además, aseguraron que el gobierno está tomando “demasiado a la ligera” y “se está comportando de manera insensible, y en su afán de ejercer un recurso, a como dé lugar, pasa por alto el devastador impacto que la obra traería a miles de familias; no se da cuenta de que por ejercer un peso se pueden perder cien”.
Del mismo modo, cuestionaron sobre la realización de un estudio de impacto económico para la zona, así como la forma de notificar sobre las obras, ya que algunos comerciantes se enteraron apenas este día. “Un funcionario, desde su cómodo escritorio pretende eliminar los poquitos estacionamientos que tenemos”.
Consideraron los inconformes que la obra está hecha “al vapor, a la ligera, improvisada, por lo que nos oponemos rotundamente a que se lleve a cabo sin la planeación adecuada y sin el estudio socioeconómica de su impacto”.
De acuerdo con lo que se ha mencionado, el proyecto consiste en el arreglo de fugas de agua, cuando se puso el cableado subterráneo también se cambió la red de agua potable, y el día de hoy existe tecnología como el georadar, que permite, sin dañar, localizar fugas de agua sin tener que abrir grandes áreas de superficie, “evitando convertir el Centro Histórico en zona de guerra.
Si es la bóveda, se puede arreglar desde dentro, y si se trata de que es necesario meter tubo, que se abra zona por zona para no afectar la totalidad de la superficie.
El Centro Histórico, así como está, fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, y no está para cambios u ocurrencias de gobiernos, y sólo pedimos que se haga lo necesario para no perjudicar a miles de trabajadores, cientos de negocios y prestadores de servicios”.
Aseguraron que “con el dinero que se pretende gastar alcanza para pagar 20 policías durante 20 años en la zona, u obras que son realmente necesarias en otras colonias de la ciudad, o los ansiados baños públicos que desde hace años estamos pidiendo para el Centro Histórico”.