Estas prácticas son resultado de una sociedad que promueve las prácticas codependientes, donde las personas no pueden vivir en soledad.
SOLEDAD JARQUÍN
Zayra Hernández.
SemMéxico.- Como la Celestina, en el siglo 15, en pleno siglo 21 mujeres y hombres hacen pactos, usan rituales para sentirse amadas o amados, o conseguir una pareja.
Rituales para tener ¿suerte para el amor?
En todas las ciudades del país hay quien puede hacer “esos amarres”, realizar rituales esotéricos, “terapias”, limpias y otros “trabajitos”.
La psicóloga Ita Bico Cruz López refiere que existe una demanda sobre estos servicios, lo que se nota al observar la infinidad de anuncios en los postes de luz, en las cabinas de los teléfonos públicos e incluso a través de medios de comunicación o la internet, resultado de una sociedad que promueve las prácticas codependientes, donde las personas no pueden vivir en soledad o no pueden desarrollar otras formas de amor que no sean con una pareja.
En los mercados públicos o en el centro de la capital oaxaqueña, entre hierberas y curanderos, destaca el aroma de los inciensos que se confunden con las fragancias dulces y a veces sofocantes de las lociones, veladoras multicolores que al ser encendidas y tras breves, pero muy precisos rituales, cumplen con sus funciones mágicas para exaltar la ilusión y la fantasía de quienes buscan la suerte en el amor.
Quienes se dedican a curar el mal de amores o a limpiar el aura para atraer al ser amado, aseguran que en febrero, por el Día del Amor y la Amistad, su clientela está compuesta más por mujeres que por hombres.
“En estos días aumenta la venta de veladoras, amuletos, perfumes y jabones elaborados para el amor…pero hay también quienes solicitan amarres para la persona amada”, señala Erika Montesinos de El Ritual, negocio ubicado a sólo dos calles del Zócalo.
Las más socorridas, añade, son las veladoras de canela y coco, utilizadas para los encuentros pasionales.
“Hay clientas o clientes de una sola ocasión, pero hay otras que ‘le agarran el gusto’ y lo hacen con mucha frecuencia en busca de trabajitos”, dice mientras muestra que ha preparado “paquetes” para estos días, todo depende de la necesidad de las personas.
La efectividad de las Celestinas del amor en el siglo de las tecnologías, junto con los curanderos, brujos, maléficos o hechiceros está relacionada con el costo del trabajo que oscila entre los 100 y los cinco mil pesos.
Sonia Vera es una clienta habitual.
“Tal vez sea por inseguridad, pero yo necesito hacer esto, me gusta, me siento bien cuando hago estos rituales”, expresa.
“Empecé visitando a Javier, un médico certero en la lectura de cartas, me sorprendió siempre porque su clarividencia no fallaba; luego descubrí los rituales para tener amor y guiar desde ahí mi destino”, dice y afirma que lo importante son los resultados.
¿Es decir, no tienes problemas con tu pareja?
“No. Siempre hay problemas, incluso he tenido varias parejas, pero siento que me ayuda a encontrar los caminos, mi luz, a tomar decisiones en momento difíciles”, añade.
La psicóloga Cruz López cita al psicoanalista y psicoterapeuta floral Edward Bach quien planteaba: “¿Por qué si nos va tan mal en el amor lo seguíamos buscando? Y su respuesta también fue certera, al señalar que cuando el amor sucede, el alma se encuentra un poco cosida al cuerpo”.
La colaboradora de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca explica que el amor sin duda está más allá de las teorías.
Eso explicaría por qué se busca tener suerte en el amor mediante estas acciones, para valerse de situaciones externas a fin de ser merecedoras del amor de esa otra persona, funcione o no funcione.
Miriam Mendoza muestra algunos de esos “secretos” para curar el mal amor.
En su puesto del mercado Benito Juárez, refiere que un amarre se realiza con veladoras, a las cuales se les introduce la fotografía del ser amado o la imagen se introduce en miel, “eso es muy efectivo”.
Pero los resultados –explica otro curandero de amor, Apolinar López- dependen de la fe de la clientela y también del carácter, débil o fuete, de la persona a la que se dirige el trabajito.
El esoterismo es una válvula de escape con mucho éxito para cientos de personas que ha fomentado un enorme mercado en el ciberespacio donde se pueden leer, ver y escuchar toda clase de consejos para que el amor no falte o para atraer a la persona amada.
Un mercado lucrativo, entre pagano y religioso, para las y los hechiceros del amor, la industria de las veladoras rosas; la promoción del arcángel Charbel, a quien se le atribuyen milagros de amor; lociones, prendas específicas, flores y sobre todo “una consultoría especializada” a través de la lectura de cartas, talismanes, horóscopos y un sin fin de rituales, que desde la psicología “son rasgos de codependencia porque no pasan por el libre albedrío de las otras personas”.