Por: Gabriel Contreras Velázquez
Zacatecas, Zac.- La presencia del senador Carlos Antonio Romero Deschamps –tradicional legislador plurinominal del Revolucionario Institucional, ex líder sindical en Petróleos Mexicanos- en el sexto y último informe de gobierno de Miguel Alonso Reyes tiene como preámbulo la “visita turística” del ex presidente Carlos Salinas de Gortari a la ciudad de Zacatecas. La misma pregunta surge de ambas concurrencias: ¿por qué ahora?
Han transcurrido seis años del gobierno de Alonso Reyes, en ninguno de los cuáles la imagen de Carlos Salinas -o sus factótums- fuera relacionada directamente o indirectamente con el mandatario estatal tal como ha sucedido en fechas recientes.
Por el contrario, Miguel se empeñó en forjar entre sus asesores informales –o la forjaron aquellos- la idea de que la amistad entrañable e incomparable era correspondida por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Una coincidencia que la fortuna, en sus años de estudio, puso en su camino –semejante a la suerte del ex gobernador neoleonense Rodrigo Medina.
De Carlos Salinas nunca se mencionó un párrafo trascendente entre sus considerados editorialistas, un comentario entre sus amistades con quien levantó la administración que hoy agoniza, ni una consideración entre los militantes de su partido en el estado. Nadie jugaba considerablemente escenarios donde el ex presidente fuera pieza clave en la política de Alonso.
Pero la sorpresa fue confirmada entre todos esos sectores la noche del 27 de Julio cuando encontraron al ex presidente en histórica reunión dentro del icónico museo Rafael Coronel –justo ahí donde Miguel celebró con esos mismos incondicionales el “mensaje ciudadano” con motivo de su cierre de gobierno.
Sin embargo, de la extrañeza con que algunos funcionarios y editorialistas recibieron la noticia de la asistencia de Romero Deschamps sólo se puede inferir dos cosas: indignación o premeditación.
Difícil advertir ahí desmemoria cuando el ascenso político del hoy senador –por segunda ocasión- fue resultado de un golpe de estado al monopolio del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), trazado por Carlos Salinas en el sexenio de Miguel de la Madrid para facilitar la apertura de la economía nacional al neoliberalismo de finales del Siglo 20. El golpe debía pasar por Joaquín Hernández “La Quina”, una vez que el poder acumulado por el líder sindical tenía lógica y sustento únicamente en la filosofía del robustecimiento –proteccionismo- del mercado interno.
Distintos intentos de desmembramiento del poder luego acumulado por Deschamps al frente del STPRM fueron urdidos sin resultados visibles durante las presidencias de Vicente Fox y Felipe Calderón, tiempo en que Romero se reestrenó como diputado federal (2000-2003), Secretario General del mismo sindicato (2003-2011), y nuevamente amparado en el Senado de la República (2012-2018) como consecuencia de las presiones políticas alrededor de las investigaciones por enriquecimiento ilícito, delitos electorales (“Pemexgate” 2003-2006) y el auspicio de Peña Nieto a su arribo al Ejecutivo Nacional (2012-2018).
¿Es coincidencia o error craso de los estrategas y encargados de logística de la media docena de informes de gobierno de Miguel Alonso girar invitación a tan emblemático personaje de la vida política nacional?
Ninguna de las dos. Son síntomas del rumbo que ha decidido tomar Miguel Alonso una vez concluido su periodo estatutario al frente de la administración estatal.
En un intercambio de opiniones en redes sociales con el periodista Raymundo Riva Palacio, días atrás, rectificaba a este espacio de análisis la veracidad de la hipótesis que se manejó en un anterior artículo (“El candidato de Salinas”, La Jornada Zacatecas, 2 de Agosto 2016). José Calzada, según la versión del director de Eje Central, no es el candidato que impulse actualmente el ex presidente Salinas.
No obstante, coincide con la premisa del actuar del ex mandatario que aquí expuse una semana antes, cuando en su artículo “Ayuda de Memoria” del pasado 4 de Agosto confirmó el alcance del que logró hacerse Carlos Salinas para mantener vigencia en los escenarios de la política mexicana durante el sexenio de Vicente Fox, cuando ayudó a Rosario Robles a salir del bache financiero que ponía en jaque su presidencia al frente del Sol Azteca después de las elecciones de 2003. Además de Arturo Montiel, el ex gobernador oaxaqueño René Juárez también aportó a las arcas de los perredistas en acuerdo Salinas-Robles-Ahumada.
En una red de operación político-financiera parecida es donde en este espacio de opinión se ha ubicado próximamente al gobernador Miguel Alonso Reyes.
Y a propósito del “mensaje ciudadano” del gobernador, que a nadie pase desapercibido el saludo y agradecimiento de Alonso a sus familiares “en otras latitudes”. Diego Alonso –propietario de la constructora familiar- en Colombia, y Korina Bárcena –madre de una hija aún no reconocida públicamente- escucharon a lo lejos el saludo. Coinciden en ello nuevamente proveedores con quienes trabajó su hermano Juan Alonso, inconformes por romper relaciones comerciales, declarar moratoria sobre sus adeudos y conseguir nuevos “socios” (prestanombres, según los disgustados).