Javier Corral Jurado, aspirante a la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), señaló durante su visita a la entidad que “la rebelión de las bases llegó a Zacatecas, y luego de varias entrevistas con compañeros, buscar la liberación del partido del secuestro en el que lo tiene un consorcio encabezado por Gustavo Madero, Ricardo Anaya, Moreno Valle y Santiago Creel”.
Se trata de una batalla no por el control político en el partido, sino una lucha por la recuperación del PAN para los ciudadanos, para vuelva a ser un instrumento al servicio de la ciudadanía y para que vuelva a ser un bien público y no un bien privado de grupos o facciones. Es necesario recuperar su talante opositor para poner fin a este vergonzoso contubernio con el gobierno de Peña Nieto al que lo ha llevado este mismo consorcio, aseveró.
El PAN tiene que ser un equilibrio y un contrapeso del poder, dijo, pues en un régimen democrático, cuando el poder no tiene límite, el poder se desboca y corrompe. Esto le pasó a Peña Nieto, ya que está agotado a la mitad del sexenio y en medio de escándalos.
De igual forma, al blanquiazul debe volver a sus principios doctrinales, que han estado guardados en un cajón por parte de los directivos, que nos han invadido de una cultura priísta y que ahora anda por todo el país tratando de imponer a su candidato oficial, generando, incluso, intimidación en algunos estados, aprovechándose de un padrón inflado para continuar en el poder.
Además, no se quieren hacer cargo de sus malos resultados, del 21% de la votación nacional a la que cayó el PAN el pasado 7 de junio, y del deterioro institucional por el que atraviesa el partido en muchas entidades.
“Mi participación en este proceso tiene que ver con una rebelión de conciencias”, y hemos venido a postular que hay una parte de la militancia que aspira a ser mayoría en el partido, que es la reserva moral del PAN, que tiene respeto por sí misma, y que quiere recuperar el prestigio de su partido. La rebeldía consiste en desobedecer a quienes llevan al partido a la marginalidad, aseveró Javier Corral.
“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que los obedecen pierden el respeto”, aseveró.
Dijo que las propuestas que ha planteado tienen que ver con la transparencia, rendición de cuentas y el combate a la corrupción, pues es la corrupción política el mal que está carcomiendo todo.
Por otro lado, señaló que el problema fundamental de México es la desigualdad social, la enorme concentración de la riqueza en unas cuantas manos, pero el problema instrumental, que impide, incluso, combatir esa desigualdad social es la corrupción porque todo lo contamina y envilece a las instituciones.
Señaló que se comprometió a no utilizar los mecanismos del partido para promoción personal, así como a iniciar un proceso de depuración de conductas que han vulnerado la ética y que han generado conductas de corrupción, entre otros compromisos.
Por otro lado, señaló que se enteró este martes que Anaya decidió no firmar esos compromisos, “y desde Zacatecas deploro el silencio de Anaya y su omisión, ya que no se puede hablar de regeneración cuando quien dice encabezarla no se somete al escrutinio y a la transparencia”. Y no puede firmar los compromisos, porque está enlodado con los “moches”, aseguró, ya que la campaña de Anaya está trazada por la corrupción.
Aseguró que este no es el caso de Ruffo Appel, en cuyo caso “me di cuenta desde el principio, sin escuchar los audios, que no era Ruffo Appel, porque él no habla así, y yo lo conozco desde hace 30 años”.
Ahora está equivocado apoyando a Anaya, pero no es corrupto, señaló. En todo caso, es un despistado de última hora. El que tiene problemas es Anaya y por eso no puede firmar ninguno de los 8 compromisos a los que nos convocó el grupo denominado Más PAN.
Por último, dijo que el centro del debate con Anaya es la continuidad o el cambio, donde él representa la continuidad de un grupo que ha conducido al PAN a un deterioro institucional y a un contubernio con el gobierno de Peña Nieto, absolutamente inadmisible, mientras que” nosotros representamos el cambio en el PAN, y que tiene dos vertientes: el rescate de la identidad y los principios, y la fortaleza democrática del partido.