Zacatecas, Zac.- En el marco del Día Internacional del Medio Ambiente, José Narro Céspedes, próximo Senador de la República por la coalición Juntos Haremos Historia, aseguró que es difícil negar que el cambio climático es el mayor problema que enfrenta la humanidad en la actualidad, pues las olas gélidas y de calor, las sequías y las enfermedades que produce son ya una constante en la vida cotidiana de Zacatecas.
Refirió que es evidente que el tema del cambio climático es ahora un asunto de juegos de poder y corrupción entre el Gobierno del Estado y las empresas.
Por lo cual dijo que desde el Senado asumirá una postura ante el cambio climático partiendo de dos puntos:
1) asumir que las causas del cambio climático residen en la tendencia al consumo masivo e inmoderado de recursos naturales, y
2) reconocer que se trata de un fenómeno que ya tiene efectos tangibles.
En este sentido, comentó que los problemas ambientales al igual que los problemas sociales y el debate sobre el cambio climático son un debate sobre el modelo económico e implica un cuestionamiento de nuestros patrones de consumo y nuestro apetito por tener más y más productos.
Por ello, sentenció que el cambio climático afecta mayormente a la gente con menos recursos, pobres urbanos o las poblaciones enteras Zacatecas. Son estos sectores los que tienden a utilizar las tecnologías más anticuadas y más contaminantes; los que, por necesidad, explotan de manera más incontrolada los recursos naturales, y los que sufren y tardan más en recuperarse de los desastres naturales provocados por las alteraciones climáticas.
Narro Céspedes aseguró que, desde el escaño senatorial, trabajará para articular una alternativa de gobierno que implique un modelo económico diferente del actual. El cambio climático es la oportunidad de cuestionar a fondo la hegemonía liberal impuesta por el gobierno del PRI y de crear una alianza entre diferentes movilizaciones para proponer una agenda que transforme el ejercicio del poder.
El candidato de Morena refirió que existe una extensa cantidad de casos de empresas que en sus países de origen —normalmente países desarrollados— se comportan de una manera y que en los países en los que invierten —normalmente países en vías de desarrollo— se comportan de otra, mucho más dañina para el ambiente.
Tomemos por ejemplo, continuó, a la empresa minera canadiense Goldcorp, la cual devasta sistemáticamente el agua y los territorios del semidesierto zacatecano, este hecho revela que no es el mercado sino el marco legal, político y social lo que determina el comportamiento de las empresas en temas ambientales.
O el uso mafioso del agua por la cervecera Modelo, produciendo 2 millones de latas de cerveza diarias en un estado sin agua.
El también líder campesino, afirmó que el neoliberalismo supone que cualquier intervención estatal para exigir a las empresas el cumplimiento de normas ambientales afectará la actividad comercial y producirá distorsiones en el mercado induciendo el traslado de las empresas a sitios donde contaminar resulta más barato.
En concreto, si se asigna un costo al acto de contaminar, esto hará que las empresas internalicen ese costo, incluyéndolo en sus cuentas, y el resultado final será la creación de incentivos para el mejoramiento de los modos de producción con vistas a reducir impactos al medio ambiente.
Finalmente, aseguró que “Crearemos grupos mixtos, donde asociaciones público-privadas sin fines de lucro o consejos consultivos, generarán estándares, indicadores y metodologías de verificación para certificar a las empresas que están cumpliendo y desacreditar a las que no.
En estas organizaciones participarán agencias gubernamentales, empresas y organizaciones civiles involucradas en los temas ambientales. Es necesario incluir a organizaciones civiles como contrapeso a empresas y gobiernos que, por el traslape de intereses, pueden terminar coludiéndose”.