Por: Gabriel Contreras Velázquez
Zacatecas, Zac.-Con la salida de Carlos Puente del proceso de selección de candidato a gobernador en la coalición PRI-PVEM la correlación de fuerzas ha dado un giro importante. Más que mirar a quienes se benefician y a quienes se perjudican con la decisión, ha resultado trascendente entender el peso específico de las informaciones y especulaciones alrededor de la sucesión o alternancia venidera.
Como cociente obvio surge la creencia de que el reacomodo político le daría una bocanada de aire al gobernador Alonso Reyes, y a su candidato preferido, el senador Tello. Esto podría ser cierto sino es que del lado del Gobierno Federal las luces rojas con las que se evalúa el trabajo político del mandatario zacatecano se mantienen encendidas.
Incluso la valoración catastrófica y negativa del sexenio del poco avezado Miguel Alonso, cargaría con cierto fingimiento por parte de los tomadores de decisiones a nivel federal, con la finalidad de persuadir a otros tantos aspirantes de la supuesta inconformidad con su otrora gran amigo, el gobernador zacatecano.
Pero el hecho es que en las mesas de negociación, la información que circula del estado atípico en que se encuentra la política y las finanzas zacatecanas, cruza indudablemente por la falta de liderazgo y oficio político (elementos que el caricaturista Nacho Valenzuela no duda en otorgarle siempre a su imagen de Miguel) constantes en este sexenio. Ya sea para persuadir o disuadir, Alonso Reyes es retratado con todos sus negativos por esos tomadores de decisiones.
Cómo van a operar a partir de ese estado de cosas que ellos miden, es la interrogante que se abre con la salida de Puente de la contienda por la gubernatura. Por los datos que han soltado poco a poco en algunos medios locales, la fracción afectada con la decisión del senador ecologista ha hecho saber que Ricardo Monreal sería fiel de la balanza en esta nueva conformación política del proceso electoral.
El ex gobernador tendría dos opciones. La primera sería cogobernar Zacatecas de la mano de Pedro de León. Dicho escenario obliga a generar acuerdos entre tres actores políticos: Miguel Alonso (mecenas de su cuñado); el ex delegado de la Sedesol, Pedro de León; y el actual delegado de la Cuauhtémoc, Ricardo Monreal. La opción alterna estaría en dejar en manos de David Monreal la “alternancia” en las próximas elecciones. Ello implicaría falta de entendimiento entre Ricardo y sus ex colaboradores: De León y Alonso.
¿Dónde queda Tello en todo esto? Alejado de las prioridades de su fiel amigo Miguel. En el grupo cercano del senador todavía aspirante, ya muestran rasgos de escepticismo respecto a la premisa del favoritismo. En ello coinciden con el Gobierno Federal. La llegada e inmediato abrigo de Pedro de León en las filas del Sol Azteca no puede –ni debe- ser entendido sin la deferencia de Miguel Alonso.
En el colmo de las obviedades, no pasemos por alto que el pícaro Pedro anunciaba su salida del Revolucionario Institucional, nada más y nada menos que en las instalaciones de la Feria de Zacatecas, conjunto de edificios administrados por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF). Para el uso de dichas instalaciones necesitaba el permiso de las autoridades: su cuñada, Lucía Alonso.
El líder estatal del PRI abona a la premisa del juego conjunto entre Pedro y Miguel. A la salida del operador político del gobernador priista, Pepe Olvera respondía que Pedro gozó de la movilidad política, partidaria y de recursos suficiente para realizar proselitismo durante meses.
Ahí estaba también el conflicto de Tello con el equipo de Carlos Peña (todos alonsistas) en la ruta a la candidatura, situación que acentuaba menores contemplaciones del mandatario estatal para con su amigo de la infancia, Alejandro.
Es por ello que desconfían del flaco favor del gobernador de tener más de un candidato en más de una pista. Arturo Ortiz pone el remache en esa pieza al consultar varias de sus decisiones como líder local del PRD con Miguel Alonso –cercanía obligada si quiere mantener abierta la llave de recursos para la izquierda oficial.
Ni duda pues, de que el bisoño mandatario estatal corre hoy con dos caballos esta carrera. Un tercero, Rafael Flores, estaría por nutrir la misma especulación que ya sabe a verdad.
Ahora que si los tomadores de decisiones no se inclinan por ningún cercano a Miguel Alonso (confirmando que el análisis que hacen de su sexenio es catastrófico) estaríamos en vísperas de conocer nuevos aspirantes. No omitamos el compadrazgo de Roberto Luévano Ruiz con el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño. O de la portada de El Sol de Zacatecas de ayer, donde “coincidentemente” Víctor Infante vuelve a levantar la mano.
Por ahora, Carlos Puente no supo defender su principal aspiración. Está por verse si lo que le ofrecieron a cambio es más poder, o un mero engañabobos.