“Con el retiro del fuero de guerra no vamos a alcanzar nuestro objetivo y vamos a minar a las fuerzas armadas”, afirmó el legista Juan Velásquez durante la conferencia magistral que impartió en el marco de la Feria Universitaria del Libro, FUL 2014, donde cuestionó a los asistentes acerca de las repercusiones de dejar a las fuerzas armadas con una disciplina laxa, ante un organismo de seguridad pública altamente ineficiente.
El abogado recordó que en los tribunales civiles la impunidad es del 98% contra sólo 2% de delitos castigados, mientras que en los tribunales militares la impunidad es sólo de 5% contra 95% de delitos sancionados con castigos ejemplares.
En la feria literaria organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Velásquez explicó que la alta impunidad de los tribunales civiles será incentivo para que el Ejército se convierta en una banda de salvajes armados, y si actualmente ya existen denuncias acerca de torturas, violaciones y ejecuciones, donde elementos de las fuerzas armadas están implicados, la posibilidad de que esta situación ocurra se elevará ante un mayor margen de impunidad.
La seguridad pública mexicana ocupa los últimos lugares a nivel mundial, la policía aparece entre las 10 más ineficientes del mundo y la segunda más corrupta, explico el licenciado en Derecho y para fortalecer su argumento precisó que el 50% de las órdenes de aprehensión se rechazan a causa de fallas en la construcción del proceso; más de 800 mil casos se encuentran rezagados; 65% de los procesados son absueltos por fallas institucionales.
En el pabellón Josefina García Quintanar de la Ciudad del Conocimiento, el doctor honoris causa por parte de la UAEH, consideró que el Fuero de Guerra es más una garantía para los civiles que un privilegio para los militares, pues a diferencia del fuero que reciben los representantes de instituciones gubernamentales, el fuero militar no representa inmunidad, sino únicamente hace referencia al tipo de tribunal donde deberá realizarse el proceso.
Por otra parte, el abogado también subrayó que la salida del Ejército de sus cuarteles fue una acción obligada y constitucionalmente correcta, en tanto que a causa de la violencia que enfrenta el territorio nacional y la ineficiencia del aparato de seguridad pública se podría hablar de un caso de un problema de seguridad interior y estaba en riesgo la gobernabilidad.
“Los secuestros en México crecieron 500% y hoy es el país número 1 en este delito; los homicidios aumentaron 96%; se han cometido más de 70 mil homicidios, más que los muertos en Irak y Afganistán; los cárteles de la droga dominan 5 estados; 73% de los municipios están infiltrados por la delincuencia; 50 presidentes municipales fueron ejecutados; México es tercer lugar en el mundo en desplazamientos forzosos, sólo después de Colombia y Siria; millones de delitos que se cometen en México que tendrían que ser castigados por las instituciones de seguridad pública” precisó Juan Velásquez para trazar el panorama que calificó como macroviolencia.
Tras explicar que México bajo a la posición 96 entre 177 países en el índice de gobernabilidad, el académico insistió en que la delincuencia pone en peligro la estabilidad de las instituciones de gobierno y por ello, la intervención del Ejército era una acción obligada por las circunstancias.
No obstante, indicó que las funciones de los aparatos de seguridad pública y las del Ejército son diametralmente opuestas, mientras los primeros deben especializarse en labores de investigación y aplicación de la ley, los segundos son capacitados para combatir y terminar con un enemigo “sin fuero de guerra, sin tribunales militares, sin disciplina, los militares se vuelven bandas armadas y quedamos a sus expensas” reiteró.
Finalmente, Juan Velásquez recordó que de las recomendaciones emitidas anualmente por la CNDH sólo el 1.5% fueron destinadas al Ejército; esta institución cuenta con alto prestigio aún entre la población civil y que la forma en que opera actualmente el Fuero de Guerra, obliga a los soldados a pasar por dos tribunales, el militar y el civil.