García Márquez hizo aparecer lo mágico y sobrenatural como cotidiano y fundamental

Gabriel García Márquez confesaba tener una deuda con Juan Rulfo que lo impulsó a escribir “Cien años de soledad”, considerada la obra cumbre y definitoria de ese “modo de ser, pensar y creerse colombiano y latinoamericano, que hace aparecer lo mágico y sobrenatural como cotidiano y fundamental”, expresó este mediodía Juan Camilo Rincón Bermúdez, escritor y periodista, autor de “Ser colombiano es un acto de fe”.

Rincón Bermúdez brindó la charla titulada “Cómo acercar a los jóvenes a la obra de Gabriel García Márquez”, este mediodía en el pabellón internacional “Margarita Michelena”, en el marco de la 27 FUL de la UAEH. Charla que se convirtió en un ameno y enriquecedor intercambio de opiniones respecto a la obra del recientemente fallecido autor de “Cien años de soledad”, “El coronel no tiene quien le escriba”, “El amor en los tiempos del cólera”, “Crónica de una muerte anunciada”, entre algunos títulos de la vasta obra del escritor reconocido como el ícono de la corriente literaria latinoamericana conocida como ‘Realismo mágico’.

Al ser el fomento a la lectura uno de los motores de la FUL desde su creación, así como el contribuir al enriquecimiento de los saberes, la educación, conocimiento y al amor a los libros, Rincón Bermúdez abonó a esta finalidad al introducir a los oyentes, universitarios y jóvenes en general, a las sinuosidades de la literatura de García Márquez con el esbozo del contexto del país y el tiempo histórico que vio nacer al premio Nobel de Literatura 1982 y hacer comprender a sus lectores el bagaje cultural que contiene su obra que va desde la costa colombiana, recorre un país localizado en medio de dos océanos, convive con el universo indígena Muisca prehispánico, y se convierte en habitante del altiplano de Bogotá.

La obra de García Márquez también explica la larga y penetrante época de la colonia española, la aportación de las inmigraciones árabe y negra y los acomodos políticos de la Colombia de finales de la década de los cuarenta.

Según Juan Camilo, la literatura de García Márquez como referente latinoamericano “nos dio la oportunidad de reírnos de nuestros lamentos y hallar una felicidad en medio de la angustia porque siempre habrá una Remedios que vuela”. Así, rescatando verbalmente las imágenes y las realidades que forman la arquitectura literaria de la obra de GGM, Rincón Bermúdez convidó a su auditorio a atreverse a “arrancar a su lectura con los cuentos y observar cómo fue capaz de escribir exhaustivamente sobre la violencia, sobre todo la del hambre y la desigualdad, sin jamás convertirla en su personaje principal”.

Con anterioridad y en el mismo escenario, la pedagoga, también de nacionalidad colombiana, Natalia Consuegra, realizó una presentación en la que compartió la experiencia de la Fundación Transformemos sobre el proyecto de llevar alfabetización y educación a una comunidad muy pobre y en el abandono de la políticas públicas en su natal Colombia.

El esfuerzo se cristalizó en un libro de recetas escrito por adultos recién introducidos al mundo del conocimiento desarrollo, la ciudadanización y el empoderamiento social, y que desearon dejar en ese libro un registro escrito de su propia cultura, el libro, escrito a mano, titulado “Son de tambores/Son ri tambó”, con una segunda parte escrita en lenguaje “palenquero” (una suerte de mezcla de lenguaje Bantú heredado de los esclavos negros traídos de África al continente americano, con español ‘mal hablado’), modo de hablar con 300 años de antigüedad que se estaba perdiendo.

“Las recetas de cocinas, muy orales en su tradición, fueron reflejando las historias de cómo se fueron librando de la esclavitud y cómo la cocina guarda ese caminar que aunque azaroso está lleno de alegría y esperanza”.

Relata Consuegra que en el pueblo San Basilio de Palenque la Corona española otorgó las primeras cédulas reales de liberación y que “sin embargo, en pleno siglo XXI seguía siendo un pueblo esclavo de otras cosas, de tal modo que así también con alegría se hicieron de las letras y del saber a qué tenían derecho como ciudadanos”.

El libro presentado en la FUL 2014, “brotado de una comunidad pobre, lejana, de herederos de negros esclavos cimarrones, se hizo acreedor en este 2014 al primer lugar de una obra de cocina entregado por la Gourmand Awards, en Pekín, China.

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