Cimacnoticias | México, DF.- A nivel mundial el desarrollo de las mujeres es 8 por ciento inferior al de los varones, a lo que se suma que un tercio de ellas sufrirá violencia de cualquier tipo a lo largo de su vida, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2014, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Publicado la semana pasada, el informe “Sostener el progreso humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia” expone que además de que el desarrollo humano aumenta a un ritmo más lento que antes, la desigualdad entre los sexos y la violencia contra la mujeres son persistentes.
El reporte da cuenta que a nivel mundial casi 1.5 billones de personas vive en pobreza “multidimensional” (que se refleja en carencias en salud, educación, alimentación y nivel de vida), al mismo tiempo que 800 mil personas están en riesgo de caer en ella si se enfrentan a desastres naturales, crisis financieras o conflictos violentos.
En América Latina (AL) el número de personas vulnerables ante la pobreza “multidimensional” es de 45 millones de habitantes.
En el documento también se analiza el Índice de Inequidad de Género, que mide la desigualdad en el desarrollo de mujeres y hombres con base en la representación política femenina en sus países, el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, participación en el mercado laboral, y acceso a la educación.
A nivel mundial el valor de desarrollo de las mujeres es 8 por ciento más bajo que el de los varones, ya que “las mujeres enfrentan diversos tipos de desventajas y discriminación”.
Las naciones con los índices de inequidad de género más bajos están en Europa y son encabezados por Eslovenia; mientras que las inequidades más amplias se concentran en el sur de Asia.
Globalmente las mujeres están en desventaja en la representación política nacional, pues en promedio ellas ocupan el 21 por ciento de los parlamentos. AL tiene el porcentaje de representación más amplio con el 25 por ciento, y en los Estados árabes la proporción es apenas de 14 por ciento.
De acuerdo con el informe, la pobreza en los servicios de salud reproductiva contribuye en mayor medida a las inequidades entre los sexos, especialmente en países en desarrollo.
Dentro de los problemas más preocupantes se destaca la muerte materna, que además de tener un alto impacto en las mujeres tiene implicaciones en las hijas o hijos, quienes se quedan sin cuidado materno y pueden ver interrumpido su desarrollo y enfrentar varios obstáculos a lo largo de su vida.
Por ejemplo, la razón de muerte materna en África Subsahariana es de 474 muertes por cada 100 mil niños nacidos vivos.
La falta de acceso a servicios de salud adecuados también se refleja en los nacimientos de hijas o hijos de madres adolescentes, lo que debilita el desarrollo humano para las mujeres jóvenes y sus descendientes.
Por otro lado, las deficiencias en la educación también son amplias entre mujeres y hombres; en promedio 60 por ciento de las mujeres de 25 años o más tienen al menos estudios de secundaria en comparación con el 67 por ciento de los varones con ese nivel de estudios.
Al mismo tiempo, las mujeres permanecen detrás de los varones con respecto a su participación en el mercado laboral, pues hay una presencia femenina de sólo 51 por ciento, mientras que la participación masculina es de 77 por ciento. Aunque se destaca que la participación de las mujeres es mayor en empleos forzados derivados de la trata de personas.
En tanto, la violencia contra las mujeres, de “proporciones epidémicas”, pone diversos desafíos para que ellas “puedan participar en la vida de su sociedad, así como en garantizar la seguridad” de esta población, ya que la violencia de pareja va ligada a las condiciones de pobreza.
En el informe se da cuenta de que alrededor de un tercio de las mujeres a nivel mundial experimentará violencia sexual u otro tipo de violencia física a lo largo de su vida, principalmente a manos de su pareja, quienes se han identificado como responsables de cerca del 40 por ciento de todos los casos de feminicidio en el mundo.
A lo que se suma que en 143 países las mujeres dicen sentirse temerosas de padecer alguna agresión basada en género, y sostienen que se sienten más inseguras que los varones ante la violencia.