El Gobierno Federal refrenda su condena a los hechos sucedidos la tarde del sábado en las afueras del estadio âTerritorio Santos Modeloâ en Torreón, Coahuila.
Mientras Alejandro Poiré, vocero de la Secretaría de Seguridad Pública federal, señaló lo anterior, la Secretaría de Gobernación confirmó que la agresión de los delincuentes era contra un mando policial, por lo que los criminales dispararon contra policías municipales en las afueras del estadio, y por lo tanto, su objetivo no era agredir a la afición presente en el encuentro deportivo, ni perturbar directamente dicho partido.
En conferencia de prensa, el vocero señaló que la participación de las Fuerzas Federales fue posterior a estos hechos y en apoyo a las autoridades locales. Por un lado, personal militar realizó reconocimientos terrestres en el área, localizando un vehículo abandonado con armas, cartuchos y demás efectos haciendo entrega de los mismos a la delegación de la Procuraduría General de la República en Coahuila para las averiguaciones correspondientes.
Por su lado, policías federales recorrieron las inmediaciones del estadio para proteger a los asistentes y participaron en los operativos de búsqueda que se desplegaron con posterioridad a estos hechos.
Asimismo, desde un primer momento la Secretaría de Gobernación mantuvo el contacto correspondiente con autoridades de Coahuila para establecer canales de colaboración en las investigaciones.
Los responsables habrán de pagar por estos delitos, la Procuraduría General de la República ha abierto ya una averiguación previa para lograr su identificación, su localización y su captura. Y aunque del incidente solamente resultó herido levemente un policía municipal, es un hecho que las familias en el estadio vivieron momentos de temor y de incertidumbre a causa de estos criminales.
La angustia que pasaron estas familias es inadmisible e inaceptable. El Gobierno Federal repudia toda expresión de violencia y trabaja con firmeza para debilitar a los criminales que la generan.
Lo que ocurrió el sábado pasado es un fuerte llamado de atención para los tres órdenes de gobierno, para nuestra sociedad, para profundizar, en particular, desde el ámbito de la autoridad en la coordinación y asumir la responsabilidad compartida que todos tenemos para acabar con la inseguridad que priva en algunas localidades del país.