Zacatecas, Zac.-  Aunque para cubrir nuestras necesidades básicas nos servimos de los recursos de la biodiversidad, âno le pagamos igualâ. Ante ello no podemos quedarnos cruzados de brazos, advirtió la doctora María del Refugio Vacio de la Torre, docente-investigadora de la Unidad Académica de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Al presentar en el Museo de Ciencias la charla âBiodiversidad y sociedadâ,  la expositora sostuvo que ânos servimos de la biodiversidad o diversidad biológicaâ, pero las repercusiones sociales son desfavorables. El impacto  –dijo– desafortunadamente es  negativo, pues no le pagamos igualâ.
Señaló que muchas culturas viven y sobreviven de esa biodiversidad, que âindicó– nos proporciona mucho. Proveemos nuestras necesidades básicas al hacer uso de sus recursos. No obstante insistió, âlos seres humanos extraen todo lo que pueden, sin devolverle nadaâ.
Por otro lado, precisó que existen estrategias orientadas a la mejora y conservación de la diversidad de flora y fauna. Prueba de esto último son las zonas certificadas como protegidas; otros son los ranchos cinegéticos, en donde se les permite la caza, pero se controla, de algún manera, que las especies no se vayan a extinguir, sino que se sigan reproduciendo.
Tras exponer que âel pago de servicios por parte de la sociedad (como el del agua, que es muy barato),  es otra forma de devolverle a los recursos naturales,  pues  la gente va tomando concienciaâ, comentó también que  gracias a la publicidad en los medios de comunicación, se está contribuyendo para crear conciencia, al dar un mayor peso en la difusión para el ahorro del agua y de la energía eléctrica, así como a la búsqueda de  fuentes alternativas para el desarrollo diario de los seres humanos.
La gestión al respecto  –continuó Vacio de la Torre– se realiza como parte de las políticas de gobierno, e incluso por parte de sociedades que nacen desde las comunidades, quienes conocen más de esos grandes recursos que nos proporciona la biodiversidad y que son las más preocupadas por su desgaste.
âLo lamentableâ, en opinión de la investigadora– es que estas acciones  y la toma de conciencia se están llevando a cabo después de hechos lamentables, como las devastaciones de manglares o lo sucedido recientemente en Japón.
La también integrante del Cuerpo Académico âBiodiversidad y Educaciónâ apuntó que en este campo se requiere precisamente educar, porque âno cuidamos lo que no conocemosâ. Por lo anterior, consideró que es importante y esencial que los jóvenes estudiantes de cualquier carrera profesional, âcomo semilleros y herederos del futuro, y quienes quizá sean los próximos tomadores de decisionesâ,  tengan  conciencia sobre la diversidad biológica. âNo podemos quedarnos cruzados de brazosâ.
Se está pugnando âcontinuó– para  que las materias de biodiversidad y educación ambiental sean curriculares, con la idea de que âlos futuros ciudadanos, que ocuparán después puestos públicos, tomen decisiones bajo un conocimiento y no sólo usarlo como un estandarte políticoâ.
La ponente comentó que el ecosistema en Zacatecas es rico en biodiversidad, aclarando que todo esto de acuerdo con sus condiciones. âNo se le pueden pedir otras floras, por ejemplo, a este sistema.
En cuanto a sus especies nativas, aclaró que se han conservado pese al deterioro que existe. Afortunadamente se cuenta en la Universidad Autónoma de Zacatecas,  con académicos que se están preocupando por proteger, de cierta forma,  las especies tipo, las que sólo se tienen en un determinado lugar. De esta forma, no sólo quedan en conocimiento, sino que se hacen gestiones a nivel gubernamental, tocando puertas y exponiendo los motivos por los cuales se quiere proclamar una zona protegida, concluyó la conferenciante.