EL NENE DEL 8…

El Tintero (Re-cargado).

EDUARDO VALENCIA BARRERA*.

Al Maestro, con cariño.

Pues podrán dar misa, al fin que la derecha prIÓ­sta es la que predomina en el (des)gobierno estatal. Lo cierto es que falta todo por hacer y así­ hagan circo, maroma y teatro, lo cierto es que no se han cumplido las expectativas de la mayorí­a de los zacatecanos.

Les quedó grande la yegua, pues. La situación en la entidad no está para evaluaciones mamilas ni para encuestitas, trajes a la medida, a seis meses de “administración”.

Ojo: La soberbia, mediocridad, arrogancia, inoperancia, insensibilidad, derroche, estupidez y desfachatez, son muy malos consejeros, ¡eh!

En fin, ya se perdieron seis meses en la nada, así­ es que ya es hora del golpe de timón, bueno, si es que, en realidad, Miguelito está tripulando ese barco y no como se sospecha que hay muchas manos al mando. O sea, que hay desmadre en la conducción.

Es una embarcación que llegó con mucho ruido, pero que no ha avanzado ni un ápice. Ya es hora que se suelten las amarras y, sobre todo, se deshagan de lastres.

Zacatecas merece desarrollo. Venimos de un sexenio perdido y no podrí­amos creer que estemos embarcados en otro. ¡No, plis! La entidad merece ver un mejor horizonte: que regrese la paz social.

No permitamos que se vuelvan a perder otros seis años. Y aunque consideramos que es ocioso el evaluar a los colaboradores, pues es un choro que sacó Miguelito en campaña, así­ es que, mí­nimo, deberí­a cumplir con sus dichos.

Empero, una real evaluación, no jaladitas pa la foto. Es necesaria una revisión a fondo, real, no con encuestas ni con organismos internacionales, sino pulsando el decir ciudadano y midiéndole en su justa dimensión el agua a los camotes.

Ello, porque dicen los que saben que es común pensar que la incorporación es el punto final del proceso de admisión y empleo de recursos humanos.

Sin embargo, teniendo en cuenta el carácter predictivo de la selección, se hace necesario confirmar si el desempeño inicial del nuevo colaborador se ajusta o no, en la práctica, a los requerimientos del puesto o cargo, y se convalidan, por tanto, los resultados obtenidos por éste a lo largo de todo el proceso de selección.

Con manzanitas: El seguimiento tiene por objeto verificar si las predicciones están siendo correctas o no, a fin de introducir, en caso necesario, los ajustes y/o cambios que aseguren la asertividad del proceso.

OBJETIVOS:

a) Comprobar el grado de adaptación del nuevo colaborador a su puesto.

b) Corregir situaciones causantes de posibles desajustes en el desempeño inicial de sus funciones.

c) Aportar elementos de juicio para decidir la continuidad o interrupción de servicios del nuevo colaborador.

d) Introducir correcciones en el proceso de selección, en caso de no presentarse un adecuado grado de asertividad en la selección de los individuos.

Muy fácil: De lo que se va a tratar en la actual “administración” es evitar aquél grito de guerra que reza: ¡Que se vayan los pendejos y regresen los rateros!

Además, ya dejando de lado el choro mareador de campaña, no deberí­a existir ninguna evaluación individual de las personas, sino de manera general. ¡Ups!

Ah, pero no ha de ser con que nos digan que tienen 8 de calificación, juar, juar, juar, ni que a toda costa traten de meter mano negra en la vida interna de algunos medio de comunicación, arengando “amistad”, “afinidad polí­tica” o sorprendiendo a los propietarios con lastimeros o amenazantes argumentos, no, debe ser en el terreno de los hechos.

¿Realmente le sirve al (des)gobierno que algún medio de comunicación, por lo antes expuesto o por dinero, diga que van muy bien? ¿O que caigan en aquello de: no quiero saber malas noticias, maten al mensajero? Usted tiene la respuesta.

No es con zalamerí­a como se avanza. Es con lo que cada ciudadano ve como una realidad y no la realidad fiusha que pretende ver Miguelito y sus neoliberales señoritingos. No necesitan darle cuerpo a la inercia, ya tuvimos mucho de ello.

Ya estuvo de ocurrencias y anuncios y de no llevar a la práctica el beneficio colectivo. Porque la reciente “evaluación” gubernamental fue una falta de respeto a la sociedad zacatecana.

Es hora que Miguelito entienda que no tiene caso eludir la responsabilidad ejecutiva. Si lo sacaron antes del horno porque su tiempo era para el sexenio que entra, pues ni hablar, ya está en la silla del águila (región cuatro) y tiene qué gobernar. ¡Tiene qué gobernar!

La gente lo eligió como gobernante para ejecutar. Que alguien le explique por qué se le llama Poder Ejecutivo al que ostenta. Espero que no llegue el dí­a que tengamos que decir que lo detenta.

Por cierto, que alguien me explique cómo se evaluarí­a a un funcionario, -de esos que ganan 80 mil pesos al mes y que sólo sirven para decir burradas y mal informar a los medios- si en lugar de cumplir con su “responsabilidad” le vale madre y prefiere, el viernes pasado, por ahí­ de las 19:00 horas, ir por una buena dotación de paleteas tutti frutti e irse a ver pelí­culas plácidamente.

O cómo evaluar a funcionarios de primerí­simo nivel que prefieren dejar su oficina en la casa de los perros y pasar las tardes en un changarrito, dizque ligado a la educación, en las inmediaciones del estadio Francisco Villa. ¿Cómo evaluar a un supino? ¿Con encuestas u organismos internacionales?, ¡chale!

Ni hablar, esto de las evaluaciones dará para rato porque es un hecho que la evaluación a Miguelito, a “su” gobierno y a “su” gabinete, será a diario.

*Comunicólogo

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